AMIGO


Lo conoció una mañana, tan insolente como hasta entonces su ausencia. Sujeto de mirada quebrada por el tiempo del fracaso, piel sin color, apenas reflejo de un interior vacío, dominantes miedos descansando en su pecho, indulgencia sin saber, impío ofrecimiento de cátedra callejera sin más que el saber no saber.

Las apariencias no definen, no improntan, no confiesan, tenga dos o seis brazos...da igual, repte o camine, da igual, hable o murmure, que va...

Todo da igual. Con razones o sin razones, con lógica o sin ella, todo da igual.

Lo conoció una mañana, pobre amigo. Su mejor idea...mandarme llamar, buscarme, mostrarme al sujeto. Presentarme lo impresentable. Y...para que están los amigos...para eso. No seríamos amigos si al conocernos ningún interés no nos hubiera aliado y envasado en el interesado frasco de la amistad. Hoy se moviliza la curiosidad, un interés fácilmente ocultable tras la mueca de un te ayudo..

La caminata fue corta, pocos pasos nos separaban. Amigo, el saludo de rigor, aquí estoy, que ocurre que tan serio a puesto el día aun no clareado totalmente.

Pues allí en el cuarto está alguien, dice tembloroso, algo, un sujeto creo, tan inexplicable su aspecto que de entender no te hubiera molestado.

Veamos, o...para que estamos los amigos. El interés opacó por completo la palabra amistad.

Quien...donde...que sujeto...no veo nada que me pueda sorprender...todo está en orden, tus pertenencias, libros, ropas, mobiliario...

Ese, el sujeto en el sofá con un libro sobre su pecho...allí bajo la ventana...Lo ves.

Pues claro, todo está en orden, incluyendo tus papeles personales ya firmados...sí...muy bien, lo acordado hace ya tiempo.

Pero amigo, quien es, que es...no lo ves. ¿?

...sí, claro...
...amigo...

...que en paz descanses...

FERNANDO DI FILIPPO

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