LA CASA VACÍA
En esa casa con almas vacía, sin convicción
la vida va; siempre e inexorable; va.
Sin certeza de ser o estar, todo da
igual, solo algo es verdad, sí, que todo allí, es un disfraz.
Y así los grises inmorales llenan la fétida
casa de afectos vacía. Los apegos, simpatías, cariños, amistades, amores, han
tomado un largo y silencioso descanso.
Una casa con almas vacía, no es más que
un relatorio de distancias que se aturden en el intento y no pueden, no
consiguen dar, no logran cargar el vacío de la intolerancia, y a duras penas,
miran sin ver la imprudencia, en esa, la casa con almas vacía.
Y las gentes lindas que alguna vez llenaron
de música ese lugar, hoy, será por ser o porque deba ser, ocupan el diminuto
espacio necesario para que la indolencia respire, y buscan cobijo allí, en la casa con almas vacía.
FERNANDO DI FILIPPO